Javier Bergia

Epílogo


Imprimir canciónEnviar corrección de la canciónEnviar canción nuevafacebooktwitterwhatsapp


Recuerdo a nuestro padre,
camino del exilio,
de aquel cruel invierno,
terrible como el frío.

Se fue con la esperanza
cansada de este siglo,
no pudo despedirse,
maldito aquél domingo.
Que nos dejó sin querer.

Recuerdo aquellas manos
heladas como el frío,
llevándose impasible
tu corazón y el mío.

Se fue cuando la tarde
bañaba el firmamento,
que efímera es la vida,
tan sólo es un momento.
Se lo llevó sin querer.

Recuerdo generosa,
clavada en la memoria,
adiós en su mirada,
perdida y silenciosa.

Adiós y buena suerte,
luciérnaga y farola,
maldita sea la muerte
que hostiga y que desola.
Y nos hirió el corazón.

Adiós a un hombre bueno,
aquella vieja escuela,
la vida es sólo un sueño,
la llama de una vela.

La muerte no perdona,
no avisa, ni abandona,
traidora intolerante,
despótica tizona.
Que nos dejó sin saber.