Pequeña Ciudadana
Pequeña ciudadana, has llegado a mi vida,
con la sonrisa dulce y la boca encendida,
y yo he puesto a mi alma, silenciosa y tranquila
a soñar a la sombra de tus largas pestañas.
Deja hoy que mi palabra en amor se te acerque,
y te diga al oido la verdad de mi alma,
mi devoción ardiente por tu rostro moreno,
por tus manos de seda y tu cuerpo pequeño.
Heroico te negué la entrada a mi pecho,
mientras mis fuerzas de hombre pudieron resistirte,
pero tu me venciste y ahora estoy en tus manos,
como la blanda cera en manos de un artista,
como la blanda cera en manos de un artista.