
El fuego
Ella se sentó
donde está la lumbre,
algo tan ajeno a la costumbre
y al sitio del calor le dijo hogar.
Luego él se sumó
a la llama ardiente
compartiendo el fuego con la gente
sintiéndose seguro en el lugar
que protege desde entonces,
guarda, alienta, cuida, esconde,
el fuego del hogar
que calienta los rincones
y los nombra por su nombre
el fuego del hogar.
Ella se acercó
a las brasas vivas
en su sangre vio correr la vida
y al sitio del calor le dijo hogar.
Cuando regresó
tras haber andando
arrimó al calor su cuerpo helado
sintiéndose seguro en el lugar
que protege desde entonces,
guarda, alienta, cuida, esconde,
el fuego del hogar
que calienta los rincones
y los nombra por su nombre
el fuego del hogar.
Autor(es): Pedro Guerra