
La casa de paz
La casa de paz está llena de luz
y la risa inocente rebota en cada pared,
la casa de paz.
En la casa de paz el pasado se borra
el mañana se escribe
y de todo se aprende,
en la casa de paz.
Siempre quiero volver,
devorar los kilómetros,
hacer saltos cuánticos,
siempre volver,
para verla a los ojos
y sentirla en mis brazos,
siempre volver
a la casa de paz.
El sol de la tarde le pega de lleno
y guarda calor para noches de invierno,
hay leña y café.
La casa de paz es tan grande
que cabe su alma en mis ganas
y ya eso es bastante,
allí es mi lugar.
Autor(es): Santiago Cruz