
Pasaje obrero
La espalda besando el suelo,
el estómago vacío,
del ómnibus patuleco
cuelga un racimo.
Prendido al tubo de escape
con solo un pie en el estribo,
a capacho del peligro
viaja el Obrero
prendido.
Prendido,
siempre prendido,
a la máquina textil,
al serrucho,
al martillo;
prendido a su antigüedad,
frágil,
pues prende del hilo
que cortará un adulón
o un gerencial capricho.
Prendido al sobre de pago
rotulado
«Despedido».
Prendido a su badilejo
cae del andamio partido.
Prendido a la red de nylon
se ahoga en el Mar Pacífico.
Verde en coca y silicosis
sigue al barreno prendido
y horadándole el pulmón
viaja un minero bacilo
prendido,
siempre prendido,
hasta la muerte prendido,
prendido al pulmón prendido,
prendido…
Autor(es): Nicomedes Santa Cruz