Zambayonny

Cientoveinte Monedas


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Los ojos encendidos, buscando la revancha,
los ángeles caídos se paran en la cancha,
el sur embravecido, el pulso delirante,
ya hicimos el camino que va a ninguna parte.

Ya nos quedamos solos, pateando contra el muro,
perdimos casi todo jugando a lo seguro,
y acá estamos de nuevo, mi amor correspondido
cazando el sol al vuelo sin darte por perdido.

La sangre milagrosa, la calle desbordada
la lírica en la prosa se asoma desatada,
rebate el desconsuelo, la magia más hermosa,
para qué tanto terreno si sobraba una baldosa?

Quien sabe este misterio, de abrazos y de fiesta
que brindan los abstemios bailando en esta orquesta,
el pasto habrá crecido desde que no nos vemos
lo que pudo haber sido hoy vuelve a estar en juego.

Luz, cámara y acción... va mi corazón,
solo contra el mundo...
Va al ritmo del tambor,
Sin otra razón que tu amor profundo.

El sueño de los héroes, las luces del estadio
los goles más urgentes se hicieron en mi barrio
quinientos escalones o el cielo a doce pasos
mi voz en tus tablones no entiende de fracasos.

Arranca el contragolpe, se enciende la locura
el mundo contra un hombre, el plan desde la cuna,
levanta la mirada con malicia de artesano,
paloma blanca viaja al palo más lejano.

Luz, cámara y acción... va mi corazón,
solo contra el mundo...
Va al ritmo del tambor,
Sin otra razón que tu amor profundo.

¿A donde hubiera florecido la madera?
¿A quien hubiese cobijado tanto cuero?
¿Que hubieran construido envima de esta tierra?
¿Que hubiesen hecho tantos hombres con su infierno?

Luz, cámara y acción... va mi corazón,
solo contra el mundo...
Va al ritmo del tambor,
Sin otra razón que tu amor profundo.