De la mano
La manzana que nos mordió,
siempre supe que estaba ahí,
la dejé madurar para verte reír.
El silencio me despertó,
no pude volver a dormir,
nunca quise alterar lo que me hace vivir.
Un valiente de corazón te lo dio para construir,
y, contento, se fue sin saber cómo ir.
A la vera de mi canción,
intenté no salir de ahí,
y dejarme llevar sin dejarlo morir.
El atasco me sorprendió,
el camino se puso ruin,
y después valoré cada paso que di.
Un valiente de corazón te lo dio para construir,
y, contento, se fue sin saber cómo ir.
Una lágrima se encontró con la risa de mi existir,
y ahora, juntas, se van de la mano, a sentir.
La manzana que nos mordió,
siempre supe que estaba ahí,
la dejé madurar para verte reír.
A la vera de mi canción,
intenté no salir de ahí,
y dejarme llevar sin dejarlo morir.
Un valiente de corazón te lo dio para construir,
y, contento, se fue sin saber cómo ir.
Una lágrima se encontró con la risa de mi existir,
y ahora, juntas, se van de la mano, a sentir.
Autor(es): Sebastian Teysera
