
El toro y la luna
La luna se estaba peinando,
en los espejos del río,
y un toro la está mirando
y entre la jara escondío.
Cuando llega la alegre mañana
y la luna se escapa del río,
el torito se mete en el agua,
embistiéndola al ver que se ha ido.
Y ese toro enamorado de la luna,
que abandona por la noche la manada,
y es pintado de amapola y aceituna,
y le puso campanero al mayoral.
Los romeros de los montes le besan la frente,
las estrellas y luceros lo bañan de plata,
y el torito, que bravío y de casta valiente,
abanicos de colores parecen sus patas.
La luna sale esta noche
con negra bata de cola,
y un toro la está mirando
entre la cara y la sombra.
Y en la cara del agua del río,
donde duerme la luna, lunera,
el torito de casta bravío,
la vigila como un centinela.
Y ese toro enamorado de la luna,
que abandona por la noche la manada,
y es pintado de amapola y aceituna,
y le puso campanero al mayoral.
Los romeros de los montes le besan la frente,
las estrellas y luceros lo bañan de plata,
y el torito, que bravío y de casta valiente,
abanicos de colores parecen sus patas.
Los romeros de los montes le besan la frente,
las estrellas y luceros lo bañan de plata,
y el torito, que bravío y de casta valiente,
abanicos de colores parecen sus patas.
Abanicos de colores parecen sus patas.
Abanicos de colores parecen sus patas.
Autor(es): ALEJANDRO CINTAS, CARLOS CASTELLANO GOMEZ