Alejandro Rizo

Rosa de Fuego


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Ella abrió las cortinas de su vida como quien abre la puerta a algún desconocido
Enamorado y canalla que te roba un beso.

Ella cierra muy lentamente la persiana y en la ventana no reconoce aquella mueca
Que hace diez años hacía su sonrisa.

Desempolva en el armario su pasado pero el reloj le insulta por seguir soñando
Cuelga maridos de lino que nunca vendrán.

Ella viste a su pecado de amarillo y sale a encargarla con su comadre en el pasillo
Se va su cuerpo más su alma se queda encamada
Y así de frente a la ventana…

Cualquiera diría esa mujer es hermosa
Mas su pequeña es muy rebelde y latosa
Y enamorada de un fantasma azul dedica sus veintiséis veranos
Al ver que nadie le asiste en sus reclamos ella se muerde los labios.

Rosa de fuego de las trenzas al viento
Aun sigues siendo niña en tus adentros
Un barco en ancla que no puede zarpar
Volcán humeante de pasión detenida
Temblor latente en una tierra perdida por el huracán… No te des por perdida.

La conocí en una tarde calurosa de abril comprando helados en barquillo
Cuando tiró el monedero se lo recogí.
Mucho gusto dije al quitarme mi sombrero, ella preguntó si yo era casado o soltero
Le iba a decir la verdad pero me cayó (¡me puso el pistache en la boca!).

Le advertí que nadie puede hacerla eternamente feliz si ella no es feliz primero
Me dio la mano y lloró sin rumbo fijo
Y así de frente a la ventana…

Cualquiera diría esa mujer es mi loba
Mas su pequeña no combina en mi alcoba
Pintarle versos al amanecer quedarse a medias enamorada
Coleccionar siempre distintas almohadas y ella se muere de ganas.

Rosa de fuego de las piernas desnudas
Quieres que yo resuelva todas tus dudas
Si con un beso no lo puedo lograr
Aprende a ver la vida como un invento
Metamorfosis que se vuelve lamento generacional… y no te des por vencida.

Ya era tarde para impedirlo pero doblemente difícil para negarlo
Y esa noche ella me soñó
Y esa noche fue mi mejor canción
Tal vez esa noche nadie durmió por los llantos de una niña.