Los Tucanes de Tijuana

La Coyote


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Su nombre ya se lo saben
Su apodo es más conocido
La adoran los ilegales
Es odiada por los gringos
Lo feroz trae en la sangre
También en el apellido

Aquí voy a presentarles
A la musa del corrido
La nueva Señora Acero
La Coyote del siglo

Los contrarios y el gobierno
Quieren verla muerta o presa
Pero la Señora Acero
De ningun cabrón se deja
Al contrario infunde miedo
A toda su competencia
Ella sigue en sus terrenos
Demostrando que es la jefa
La frontera tiene dueño
Y su nombre es Vicenta

Chucho Casares descubre
Que Vicenta sigue viva
Ahí los problemas surgen
Entre narcos y Familias
Y su madre le revela
Toda la verdad a su hija
Gran sorpresa para Chenta
No asimila la noticia
Del cartel es la heredera
Acero se apellida

En Chihuahua la coyote
En Tijuana el Indio Amaro
Salvador allá en Jalisco
Junto son su socio El Gallo
Chucho Casares e Hijos
En el Norte en todos lados
Traficante distinguido
De armamento americano
Tiene el arma bien surtido
Y al gobierno mexicano

Cada quien trae su destino
Por ahí dicen los profetas
Chucho Casares y el indio
Quieren cambiar la leyenda
Porque saben el peligro
Que les causa su presencia
Con la fiera no han podido
Pagarán las consecuencias
Desearan no haber nacido
Cuando en su poder los tenga

Grandes capos y sus socios
Billetales han lavado
Cabecillas del negocio
Salvador y el jefe El Gallo
Líder del cartel Jalisco
Por sus muertos respetado
Es acérrimo el enemigo
Del famoso Indio Amaro
Hombre de mucho peligro
Poderoso y despiadado

Daniel Phillips se enamora
De su nemecis la Chenta
Con el agente de la migra
También quiere ajustar cuentas
Hace alianzas con la gringa
Y a los carteles se enfrentan
Buscan a los cabecillas
Pa' que paguen por sus deudas
Su verdugo y pesadilla
Es la Señora Vicenta

Ya la trampa está tendida
A los jefes de carteles
Caerán muchos de arriba
Y de todos los niveles

La Señora Acero afirma
Y si afirma es porque puede
Dicen que el que a hierro mata
Pues también a hierro muere

Nuevamente se confirma
Que son bravas las mujeres


Autor(es): MARIO QUINTERO LARA