
Como un loco tocado de la maldición del cielo
Abismos terribles
abre la locura.
-Este whisky es mío.
¡Que nadie lo toque!
-No te das cuenta de nada.
Dice ella desde el fondo del lecho
donde caemos yo y mi pregunta:
-¿qué te sucede?
Y oír -voz de arena-: nada.
Dos veces oír: nada.
Sima de sueño y sangre muerta,
este en durmiendo
para otra vez despertar
frente al abismo.
Otra vez, otra vez, otra vez.
Autor(es): Antonio Marín Albalate