
Mirarte a los ojos
Me gusta mirarte a los ojos,
perderme en el fondo del mar,
hundirme o flotar a mi antojo,
pensar que esto puede pasar.
No existe el amor a medida,
sólo existe la casualidad.
Dejemos que el tiempo decida.
Dejémosle hablar al azar.
Para ver si al final
me concedes un vals
que me lleve y me libre
del bien y del mal,
mientras giro, te miro
y no pierdo el compás
aunque el tiempo se quiera parar.
Me gusta mirarte a los ojos,
rendirme a la velocidad,
saltarme los discos en rojo,
burlarme de la realidad.
No busco un amor encendido
aunque seas mi debilidad.
Si acaso, el acoso y derribo
del peso de la soledad.
Para ver si es verdad
que todo viene y se va
en el ciclo infinito
de un beso fugaz…
que me lleve en volandas
hacia nunca jamás,
donde no dejaré de bailar.
Autor(es): María José Hernández