Ruido a Soledad
Alteraste los relojes de mi viaje en éste mundo.
El sonido de un segundo quebró el tiempo.
Desafina las cabezas, tanto ruido a soledad.
Y la estrella en la que brillas es mi única verdad.
Ya no vas a volver y no voy a volver.
Armar cristales rotos.
Cada vez que abro los ojos sueño con verte otra vez y empiezas a nacer cuando duerme mi temor.
Hay un hueco en donde estabas pero vivirás en mi, en el centro del jardín, donde crecen los recuerdos.
Ya no vas a volver y no voy a volver.
Ya no vas a volver y no voy a volver.
Armar cristales rotos.
Te dejaré libre en el tiempo, el cielo te abrazará.
