
El nudo en la garganta
Éste nudo en la garganta que llegó para quedarse
y los ojos inundados: el retrato del desastre.
La maldita necedad de encontrar lo que dejaste,
y mis manos tan gastadas que no dejan de buscarte.
La ventana que no para de llorar todas las tardes,
las paredes que se pintan con tu sombra y casi arden,
la maldita necedad de buscarte en todas partes
y mi voz siempre cansada que no se atreve a llamarte.
A dónde voy a parar si me aferro a no olvidarte,
si la vida se me va en remendar la realidad,
en engañarme tarde a tarde.
A dónde voy a parar, me pregunto al recordarte,
y éste nudo en la garganta no se va y no se ira
si no vienes a buscarme.