Depresión eterna


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No estoy recién podrido, esto ya tiene años...
Tengo el pecho vacío, mi rostro ya demacrado;
estoy envejeciendo más rápido que mis padres,
soy un anciano joven, está inhóspito el paraje.
Quisiera pensar que no es eterno este estado
de soledad sombría, de agonía y sentimientos agrios.
Estoy contemplando su abundante felicidad
desde un cúmulo de penas abismal.
La basta pesadumbre que cargo en mi espalda
no me la quito ni cortando mi garganta...
Estoy matando rencor y resucita,
¿cómo callarlo? Diariamente me grita...
He estado pensando... Me he estado preguntando
cómo sanar de los que me hicieron daño.
En mi mente habita una inmensa intranquilidad.
Estoy en busca de la completa serenidad
para dejar lo amargo, para abrazar lo dulce,
para dejar las sombras, contemplar las luces...
A veces me tomo el tiempo de leer mi horóscopo,
dice que me irá bien, que tendré suerte en todo...
Y estoy flotando en un mar de larvas,
estoy viviendo la vida en mi casa
mirando fotos, leyendo conversaciones
de las personas que me dieron estas emociones,
las que me dieron amistad inexistente;
las que me dieron esta angustia permanente;
el perecedero amor que se acabó inminentemente;
las que me dieron esta vida llena de muerte...
A veces envidio esa vida mundana,
esa vida fiestera que glorifican con ganas
y las ganas de embriagarse cada fin de semana.
Cómo quisiera ser parte de la manada...
Pero estoy acostumbrado al exilio,
al destierro y encierro maldito
porque yo no gozo del alcohol en mí,
yo solo disfruto escribir y escribir...
Son de dolor mis más grandes obras,
el dolor es una fuente de arte loca,
las mejores canciones llevan un nombre
escondido en los versos para que no se note.



Reencarno personas en mis escritos,
en esta vida textual que me mata, ¡auxilio!
Voy a caminar al precipicio.
No existe cordura para mis desquicio.
Sé que la mañana seguirá gris
y que por la noche vendrá la melancolía,
los recuerdos de cuando era feliz
y la soledad obligatoria de mis días.
Ser sociable ya me cuesta bastante;
pero me cuesta mucho más perdonarme
por no atreverme, por no superarme,
por ser un mediocre para mis padres;
por ser un mal estudiante en todas las clases;
por ser el "chico problema", por no ser "alguien";
por nunca seguir las leyes; por ser rebelde,
por siempre romper las reglas, por ser "indecente".
Necesito ser feliz, o al menos un placebo,
una sonrisa nueva, un corazón nuevo...
Creo que el que tengo tiene severos daños,
está exánime, está putrefacto.
Aves carroñeras merodean mi camino
esperando a que suene mi último latido;
los necrófagos quieren mi carne:
solo el amor podrá salvarme...
Y si no me salva será contraproducente:
El amor quita el mal de la mente.
Sin amor los humanos son homicidas
y yo sin amor este planeta mataría
como la gente lo hace, deforestando...
Talando árboles de quinientos años;
irrespetando a la madre naturaleza
matando a los animales con tanta crudeza.
No entiendo a la gente y su "raciocinio",
quieren comprar todo con dinero maldito:
teléfonos, casas, operaciones plásticas,
pantallas planas, vestimentas fantásticas;
pero nada de eso sirve
si te quitan el derecho a ser libre.
Antes me mato como Kurt Cobain.
Me recuerda a lo que dijo Marck Twain,
dijo que es más fácil engañar a la gente
que convencerlos que han sido engañados.
Esta es una frase coherente,
yo creo que los humanos viven cegados.
Mi inspiración viene de la desdicha,
solo de esta manera puede emerger la poesía;
pero no estoy tan mal si comparo mi vida
con la de las personas atacas en Siria...
Y si alcanzo a divisar un rayo de luz
será porque las nubes se dispersan,
y si las nubes diáfanas me dan plenitud
será porque una nueva vida empieza.
Mañana lloverá, tal vez...
Mañana tal vez habrá sequía,
mañana tal vez se acaba el mes,
mañana tal vez se acaba la vida...