Trasca
Abre los ojos, mira el sol,
con su coraza color miel,
tan alejado de su vieja estrella.
Por su boca brota un hedor, atomizantes jugos de colores fluorescentes que envenenan.
Mira al espejo desahuciado
y se repugna a si mismo;
y se aleja de los metales
que reflejan su martirio,
del que no se puede escapar.
Se tira al aire y rebota,
arrastra su cabeza rota,
un insecto que no puede volar.
Que maldición de ser alado.
el amor lo dejó de lado,
nadie conoce qué hay en su interior.
Ninguna reina quiso acariciar
sus antenas peludas:
son suaves como el algodón
y no le cabe duda,
que su mejor virtud es repugnar.
Se parece a todas,
a todas las miserias;
una eterna guerra
entre el hombre y la bestia;
lo mejor y peor,
del amor y el dolor,
del instinto y la razón.
