Ariel Leyra

Ultravapor


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Niño vuélvete ya a dormir
Que hay un gordo
Con cara de Búfalo Bill
Que dice ser el coco
Y no te quiere oír.
Niña sale ya del placard
La señora Taud
Te empezó a cocinar
Tu quiso preferido
De violetas de mar.

Hay un astillero
Donde arreglan cabezas
Y mutilan muñecas
Y persiguen marinos.
Y además es sabido
Que no son buenos tipos
Los que agregan al vino
Pedazos de madera.

Nadie aterroriza a nadie
Con sus cuentos
Y de noche
Se escuchan voces
Desde el convento.

Hay favelas, heladeras
Chupetines y kimonos
Y un sarnoso y viejo mono
Que le gustan las pendejas.

Sorpresa, llegó Ultravapor
Ventilen sus casas
Él los quiere conocer
Él no está apurado
Es Ultravapor
Ves, no hay que temerle nunca.

Ella trabaja en cualquier lugar
Abrocha braguetas
Y no muestra la jeta
Por temor a su madre
Que es un alma discreta.
Niña de pecas
No peques más
El señor Ultravapor
Escondió la picana
Con catorce gillettes
Debajo de tu cama.

Hay un circo enorme
Que contrata mucamas
Si le sacan las ganas
De elegir lo que quiera.
Hay un viejo Farfisa
Y un león escondido
Por las dudas sin un tiro
Se la escapa a un payaso.

Nadie aterroriza a nadie
Con sus cuentos
Y de noche
Se escuchan voces
Desde el convento.

Hay conejos y galeras
Y reyertas y gomina
Y asesinos de facones
De faroles en la esquina.

Sorpresa, llegó Ultravapor
Ventilen sus casas
Él los quiere conocer
Él no está apurado,
Es Ultravapor
Ves, no hay que temerle nunca.

(Ultravapor, superhéroe de carne
Que convive en un astillero
Con los fantasmas
Y las ánimas
De las pasados dos décadas.
El trata de evitar
El embotellamiento de almas
Mediante la ventilación
De la memoria).

(El estado lo nombra
Ciudadano ilustre a Ultravapor
Por vivir para sanar recuerdos.
El no acepta el mérito
Por la justicia misma
Y decide cambiar de ciudad).

(En la calle despiden
Al héroe de carne
Con sandías, golondrinas
Y un buen cotillón.
Lejos, muy lejos
El señor Ultravapor
No será más que un fino
Y un elegante adivino
En los sueños del amor).

En el astillero
Están de capa caída
Y unos cinco marines
Se quitaron la vida
Y además fue sabida
La leyenda del plagio
Que salvo del naufragio
A catorce asesinos.

Nadie se acostumbra
A las caras de tristeza
Y los pobres continúan
Demostrando su destreza
Hay mareos y careos
Sacerdotes y morfina
Y asesinos con smoking
A la vuelta de tu esquina.

Sorpresa, llegó Ultravapor
Ventilen sus casas
Él los quiere conocer
Él no está apurado,
Es Ultravapor
Ves, no hay que temerle nunca.

Sorpresa, llegó Ultravapor
Ventilen sus casas
Él los quiere conocer
Él no está apurado,
Es Ultravapor
Ves, no hay que temerle nunca.