
Niña de los encantos
De lejos estoy llegando
de allá del norte yo soy
camino de Cafayate
para estar cerca de vos
con un puñado de sueños
que tiene todo cantor.
En la Garganta del Diablo
casi no puedo entender
las cosas de este camino
que antes yo no pude ver
como ese Sapo de Piedra
que siempre te hará volver.
Ay, niña de Cafayate
quiero quedarme con vos
y junto con mi guitarra
legüeros y bandoneón
cantarte esta serenata
y amanecer con el sol.
Así por el Obelisco
a los Castillos llegué
y los Blancos Medanales
qué cosa pueden tener
el verde de tu Alameda
tan bello al atardecer.
Tal vez los Tres Algarrobos
testigos fueron también
cuando en noche de febrero
ellos te vieron nacer
orgullo de los cantores
porque naciste mujer.
Ay, niña de los encantos
decime lo que no sé
qué misterio hay en tus vinos
y es lo que quiero saber
y que a tu bodega encantada
ya estoy pensando en volver.