
Rosario Dinamitera
Rosario, dinamitera,
sobre tu mano bonita
celaba la dinamita
tus atributos de fiera.
Nadie al mirarla creyera
que había en su corazón
una desesperación
de cristales, de metralla
ansiosa de una batalla,
sedienta de una explosión.
¡Bien conoció el enemigo
la mano de esta doncella,
que hoy no es mano porque de ella,
que ni un solo dedo agita,
se prendió la dinamita
y la convirtió en estrella!
Rosario, dinamitera
Rosario, dinamitera,
puedes ser varón y eres
la nata de las mujeres
la espuma de la trinchera.
Rosario, dinamitera
Buitrago ha sido testigo
de la condición de rayo
de las hazañas que callo
y de la mano que digo.
Rosario, dinamitera