Piedra Fria
Por la orilla del olvido
te fui siguiendo los pasos
como un perrito arrecío
que encontró para su frío
la caricia de tus brazos
¡Envidia, ay, envidia!
Celos de nuestro querer
las adelfas de la orilla
tuvieron que contener,
¡Fingío, ay, fingío!
pero que bonito era
el cariño tuyo y mío
Tú eras el agua del río
y yo piedra en la ribera
piedra fría, por eso
no comprendiste
todo lo que yo te quería,
piedra fría, por eso
no te mate cuando ayer
siendo tan mía, tan mía,
te vi de pasar con él