
La viudita del conde Laurel
Esquilones de plata
llevan los bueyes.
- ¿Dónde vas, niña mía,
de sol y nieve?
- Voy a las margaritas
del prado verde.
- El prado está muy lejos
y miedo tiene.
- Al airón y a la sombra
mi amor no teme.
- Teme al sol, niña mía,
de sol y nieve.
- Se fue de mis cabellos
ya para siempre.
- ¿Quién eres, blanca niña?
¿De dónde vienes?
- Vengo de los amores
y de las fuentes.
Esquilones de plata
llevan los bueyes.
- ¿Qué llevas en la boca
que se te enciende?
- La estrella de mi amante
que vive y muere.
- ¿Qué llevas en el pecho,
tan fino y leve?
- La espada de mi amante
que vive y muere.
- ¿Qué llevas en los ojos,
negro y solemne?
- Mi pensamiento triste
que siempre hiere.
- ¿Por qué llevas un manto
negro de muerte?
- ¡Ay, yo soy la viudita,
triste y sin bienes,
del conde del Laurel
de los Laureles!
- ¿A quién buscas aquí,
si a nadie quieres?
- Busco el cuerpo del conde
de los Laureles.
- ¿Tú buscas el amor,
viudita aleve?
Tú buscas un amor
que ojalá encuentres.
- Estrellitas del cielo
son mis quereres,
¿dónde hallaré a mi amante
que vive y muere?
- Está muerto en el agua,
niña de nieve,
cubierto de nostalgias
y de claveles.
- ¡Ay!, caballero errante
de los cipreses,
una noche de luna
mi alma te ofrece.
- ¡Ah Isis soñadora!
Niña sin mieles,
la que en boca de niños
su cuento vierte.
Mi corazón te ofrezco.
Corazón tenue,
herido por los ojos
de las mujeres.
- Caballero galante,
con Dios te quedes.
Voy a buscar al conde
de los Laureles.
- Adiós, mi doncellita,
rosa durmiente,
tú vas para el amor
y yo a la muerte.
Esquilones de plata
llevan los bueyes.
Mi corazón desangra
como una fuente.
Autor(es): Federico García Lorca, Paco Ibáñez