La mujer en la ventana
No podía entender cuando la vi en la ventana,
era esa mujer, todo su rostro sangraba.
No podía creer, un animal acechaba,
quise responder y le grité a la distancia.
No, no, no, señor, una mujer no se toca,
es la religión, sólo se sigue y se adora.
No, no, no, señor, no dañe usted lo más bello,
fue una bendición, todo un regalo del cielo.
No podré olvidar con el dolor que llorabas,
y esa foto que toda la gente miraba.
No debe pasar, no se negocia por nada,
si te pasa a ti, debes gritar con más ganas.
No, no, no, señor, una mujer no se toca,
es la religión, sólo se sigue y se adora.
No, no, no, señor, no dañe usted lo más bello,
fue una bendición, todo un regalo del cielo.
Es un puñal que se entierra,
el que le pega a una dama;
es una pena tan grande
que el mundo lleva en el alma.
Es un puñado de tierra
que uno se tira en la cara,
es una ofensa tan grande
a esposa, madre y hermana.
No, no, no, señor, una mujer no se toca,
en la religión sólo se sigue y se adora.
No, no, no, señor, no dañe usted lo más bello,
fue una bendición, todo un regalo del cielo.