
Músico De Guardia
Esperare impaciente la llegada de otro tren
cargado de palabras hacia media noche,
y esta vez, con la atención de un centinela
por primera vez, tengo una patria, tengo una bandera.
Quemé todas mis naves justo cuando iba a partir,
vendí las pieles de los osos que jamás cacé,
y ahora abrígame, no con la lealtad de un mercenario,
Anúnciate, yo solicito tus servicios a diario.
Vivo en un escenario del tamaño de dos lunas,
voy cuesta abajo por tu cuerpo y ya no tengo cura.
Soy músico de guardia desde la cuna a la tumba,
plantado como una farola al norte, al norte de mis dudas
Prefiero la seguridad que da lo incierto
saber que el tiempo no será jamas mi amigo,
y no me fío de los que a pecho descubierto me vacilan
con una lista de consejos aprendidos.
Me haré socio del viento, y digo yo que me irá bien,
es más sincero cuando no hay contrato que firmar.
Y allí te espero, en el momento en que la pluma conoce al papel
en el instante en que mis frases me desnudan.