Cantes por bulerías


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En esa esquina,
tú te pones en esa esquina
y con una miraíta tuya
los huesos me los lastimas.

Mi copla por los rosales
dejadla que venga y vaya,
que estoy llorando a canales
la pena de los Amaya.

La guitarra mora ha puesto
crespones en su compás
y de luto pa los restos
se vistió la soleá,
ya está la luna en la playa
diciendo de madrugá
qué pena, que pena Dios mío,
qué pena, Carmen Amaya.

Y al compás del martillo
un gitano cantaba,
y su pecho era un yunque
de un querer que forjaba
parecía de bronce, gitano juncal,
con sus carnes morenas
como el mismo metal.

Un limón, limonero,
me estoy poniendo amarilla
de tanto como te quiero.

Ay padre nuestro que estás en los cielos,
y que toíto lo oyes, y que toíto lo ves,
¿Por qué me abandonas en esta agonía?
...que son las cosas de nunca acabar...

Y vengo a confesarme, pare,
de todos los pecaos que tengo,
¡ay! hija yo no soy el pare,
soy el sacristán del templo.

Pare, pare,
¿Qué cree usted que hice mal?
¿Por qué me abandonas en esta agonía?
...que son las cosas de nunca acabar...


Continúa con "Romance de la reina Mercedes" y "Un compromiso"


Autor(es): Popular española