Coplas
Si queréis bailar coplas
os cantaré diez mil
que las llevo en el bolsillo
ensartadas con un hilo.
Si las encontráis acertadas
que la risa os hace estallar
no habremos perdido el tiempo
porque la risa abre camino.
¿Quién contará la aventura
de una pera hasta el Borne?
¡Son tantos y tantos los que allí ganan
alineados y esperando turno!
Los payeses que protestan
tienen toda la razón.
De los productos de la tierra
algunos se enriquecen, ellos no.
Son gente de orden, por lo que dicen,
gentes de paz, si les crees a ellos,
pero aquellos estados en los que mandan
hacen negocio con los fusiles.
Y cuando estalla la guerra
los que la prepararon
con actitud de mojigato
se extrañan del pedo cuando suena.
La ruindad de los negocios
con petróleo mata pájaros
por cada árbol que nos derriban
se nos retuercen las tripas.
Si dejamos que los técnicos lleven
el agua a su molino
se nos venderán por cuatro pelas
hasta el aire de respirar.
Dice que el petróleo escasea
que ya nos quedan pocos barriles
¿qué harán ahora, pobrecillas,
las grandes multinacionales?
«No hay remedio sin el átomo»
dice la gente acaudalada
y algunos izquierdistas se lo tragan
los que son cortos de entendederas.
Lo que todos han de entender
para que el progreso sea fino
es que las mujeres son hombres
pero de sexo femenino.
Todos los hombres han de admitir
aunque les cueste comprenderlo
que los hombres son unas mujeres
pero de sexo masculino.
Quien la da, no la da
la libertad la tenemos
desde el día que nacemos
y siempre nos acompaña.
Quien la niega, la arrebata
arrebatarla es un crimen.
Y es una impertinencia
darnos lo que ya tenemos.
No volverán los años grises
cuando todo un pueblo cabizbajo
se tragaba la saliva
sin atreverse a decir ni pío.
Libertad es alegría
que ría y cante quien quiera.
La grisura que nunca nos tape
la brillante luz del sol.
Cataluña, Cataluña
ahora que te has despertado
y te has recuperado entera
desde el campo a la ciudad.
No dejes que te derriben
por el camino que has escogido
que ningún mandón te recorte
los espacios de libertad.
Autor(es): Jordi Sarsanedas, Marina Rossell, Popular catalana
