Antonio Quintero

Romance de valentía


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Era muy poco en la vida, tan poco que nada era,
por no tener no tenía ni madre que lo quisiera.
Era un triste aficionado que buscaba la ocasión
de dejar en un cerrado frente a un toro el corazón.
Romance de valentía escrito con luna blanca
y gracia de Andalucía en campo de Salamanca.

Embiste toro bonito, embiste por caridad,
morir se me importa un pito pues nadie me iba a llorar.
Aquí no hay plaza, ni nombre, ni traje tabaco y oro,
aquí hay un niño muy hombre que está delante de un toro.
En matarme no repares, te concedo hasta el perdón,
y como no tengo madre, la Macarena me ampare
si me cuelgas de un pitón.

Todas las noches saltaba sin miedo la talanquera
y a cara y cruz se jugaba al toro la vida entera.
Quizás fuera un colorao el buré que le envistió
y mordiendo su costao malherido lo dejó.
Romance de valentía escrito con luna blanca
y gracia de Andalucía en campo de Salamanca.

Adiós plaza de Sevilla, ya nunca me habrás de ver,
pisar tu arena amarilla con tanto que lo soñé.

Adiós capote de seda, que fuiste mi compañero,
morir en esta pelea es cosa de buen torero.

Ya vestido de alamares no ha de verme la afición,
y como no tengo madre, la Macarena me ampare
y me dé su bendición.

Allí quedo entre la fiera, ninguno lo vio caer,
nadie rezó tan siquiera ni un padre nuestro por él.

Por él ninguna serrana lloró de luto vestida,
por él ninguna campana dobló amaneciendo el día.
Pero en cambio entre azucenas y entre velas enrizá,
en San Gil la Macarena sí que lloraba de pena
por la muerte del chaval.


Autor(es): Antonio Quintero, Rafael de León, Manuel Quiroga