Islas del despertar
Basta ya de ser colillas apagadas
del cenicero de los mares.
Ombligos de la sed
sólo un placer de humanidad nos puede.
Vivimos como ardemos y pensamos
con nuestro sentimiento de mortales
y la melancolía de estar solas.
La pirotecnia de un amor de fondo
nos acelera el ir aunque parezca
de tan veloz, cronómetro parado,
esperar no es un fin.
Borrón y cuenta nueva a la molicie
de rumiar soledades.
Nuestro matalotaje de esperanza
no oculta el puño de la rebeldía,
y hemos roto el pijama del silencio.
Ni somos descendientes de una lengua cortada,
ni queremos sudar hiel ni vinagre,
ni seguir siendo súbditas de una feria de olvidos,
no deseamos otras pertenencias
que no sean las alas de los vuelos.
Autor(es): Pedro García Cabrera, Andrés Molina