Sin tu cascada
¿Qué sucede en estos días a mi tierno amor?
Esa rara lejanía nunca antes le brotó.
Dice que sencillamente mi egoísmo se asustó,
pues de tanto malcriarme su cascada devoré
y ahora sólo una llovizna mi llovizna puede ser.
Acerca tu bondad aquí,
al barro de la intimidad,
y tómame, vasija para ti.
Si la ternura me bebí
y acaso ya no queda más,
me volveré espejismo para ti.
Tal vez dijo otras verdades, pero no escuché,
cuando extraño sus cascadas me parece ensordecer.
Tal vez la desesperanza no me deja comprender
que me toca humedecerle la distancia y el sentir
por si sueña con lo mismo que ando al borde de decir.
Acerca tu bondad aquí,
al cántaro que hiciste ayer;
acércate a beber.
Si mi encantada nuez perdí
no morirá de sed el amor.
Antes le doy todas mis lágrimas por ti.
Autor(es): Rita del Prado
