Los perros de la sangre
Me gasto la luna comprando palabras,
ahora le sirve esa moneda de oro a usted.
En una cara su signo es la tierra grabada
y en el reverso se ve el perfil de un rey perverso.
Los perros de la sangre inquietan las miradas de los pájaros de afuera.
¿Qué acaso no escuchas las estrofas de aquel lirio que se quiebran?
Te entrego la flor de madera de la escuela,
el sacapunta le afiló el corazón.
Saber su olor fue la mejor de mis tareas.
Saber su olor...
El cielo va volando en el agua de un espejo,
se moja un pájaro y se moja el pensamiento.
Salió la luna, cayó una flor, ladran los perros.
Salió la luna...
Autor(es): Manuel García, Mario Villalobos
