Hay un hombre en la orilla
Hay un hombre en la orilla
susurrando palabras
que no alcanzan apenas el borde de sus labios
La luz se va ensanchando
sobre una oscuridad diminuta,
Ahora el aire celebra la amplitud de las salas,
la altura de los techos,
la piedad silenciosa de las lámparas.
El mar, desprevenido
deja escapar las aves que se ocultan
en un pliegue de luz.
Para guardar el sueño,
para sentir un poco de esa vida
que no está en la mirada, sino en sus intersticios,
mi mano sobre el agua deja un rastro
que sólo es accesible al pensamiento.
Hay un hombre en la playa humanizando
pos su fragilidad las mareas.
Autor(es): Basilio Sánchez, Pablo Guerrero