Yo, el invertido en cuerpo y alma
Yo, el invertido en cuerpo y alma,
Que he sido el vicio privado de algún prócer,
El capricho de los que saben hablar
Y un signo de mi tiempo,
¿No he de merecer un llanto cuando muera?
(Será de noche, en un local de juego,
O en un tren descarrilado,
O en los sidatorios de algún país pobre
Y lejano)
Aunque, por otra parte,
Nunca se puede descartar un final
Como en aquellas notas breves de prensa
Que informan de ciertos accidentes domésticos:
El gas, la llama, un momento de despiste,
Y otro hijo de puta se va al cielo.
Autor(es): Sebastià Alzamora, Juan Gómez "Chicuelo"