Quilapayún

Cuando sales de tu casa [o Cuando salen de sus casas]


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Versión de Quilapayún:

Cuando sales de tu casa con tus cuatro generales
cuando subes a tu auto, cuando pasas por las calles
las miradas de la gente, se transforman y se encienden
se encabritan, se endurecen, las miradas de la gente
y en los pechos de la gente se alborotan las palabras,
nadie grita, nadie habla, todos callan simplemente.

Cuando sales de tu casa con tus cuatro generales
cuando subes a tu auto, cuando pasas por las calles
las miradas de las viudas, de los jóvenes cesantes
de los padres sin sus hijos, de los hijos sin sus padres,
todos miran como pasan esos cuatro generales,
todos callan simplemente, nadie grite y nadie hable.

Cuando sales de tu casa con tus cuatro generales
cuando subas a tu auto, cuando pases por las calles
ese hombre que te mira, enseñaba en una escuela,
esa joven que te mira, trabajaba de enfermera;
todos miran y en sus ojos hay un puño enardecido,
hay un llanto, hay un recuerdo, hay un ejército escondido.

Versión de Patricio Manns:

Cuando salen de su casa esos cuatro generales
cuando suben a su coche, cuando pasan por las calles
las miradas de la gente se transforman y se encienden,
se encabritan, se endurecen, las miradas de la gente
y en los pechos del que mira se alborotan las palabras,
nadie grita, nadie habla, todos callan simplemente.

Cuando salen de su casa esos cuatro generales
cuando suben a su coche, cuando pasan por las calles
las pupilas de las viudas, de los jóvenes cesantes,
de los padres sin sus hijos, de los hijos sin sus padres,
todos miran como pasan esos cuatro generales,
todos callan simplemente, nadie grita y no habla nadie.

Ese hombre que les mira enseñaba en una escuela
y la joven que les mira trabajó como enfermera.
Todos miran y en sus ojos hay un puño enardecido,
hay un llanto, hay un recuerdo, hay un ejército escondido
y algún día cuando salgan de su casa ha de esperarles
con su coche y su ignorancia esos cuatro generales.


Autor(es): Eduardo Yáñez