Luis Ramiro

Dos coplas


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Manuel, dicen que estuvo en la cárcel por rojo,
mozo viejo, setenta y pocos,
gastó sus años en los peldaños de su portería
Llevando una vida entre fantasmas de amigos perdidos del barrio,
recuerdos de un tiempo lejano y unas cuantas mentiras.

Antonia, viuda, dos hijas y un alma tranquila,
se han llenado de arrugas sus ojos entre calceta,
costura y las tardes en la cocina.

Y este invierno, qué frío, qué frío
Se van pal cielo si les sale barato,
y los dos sin pensar en futuro lejano
se van pal mar, con poca ropa,
y la ilusión en las maletas.

esa noche en el hotel hay fiesta, verbena, luces rojas,
usted se llama Manuel y yo Antonia,
cuénteme su historia que vale la pena,
y si bailas conmigo morena
se me quitan las penas que tengo en el alma...

Que en Benidorm cuando llegan las doce,
se oye el "Reloj no marques las horas",
tú agárrate y no te sueltes cariño,
que a esta vida le quedan dos coplas
Y yo quiero bailarlas contigo
y que se mueran de envidia las olas del mar,
que si lloro es de felicidad por tenerte aquí al lado,
y volver a encender las hogueras de nuestros pecados.


De vuelta Madrid no es tan frío
le cuenta en un banco del Retiro,
me río de los que dicen
que ya no es edad para amar
mira tú, y Antonia le mira con ojos rendidos y no dice nada,
los meses que pasan las tardes contigo,
quién fuera a imaginar que el destino
un día de lluvia se llevó a nuestra Antonia,
y al entierro las hijas, los yernos, el barrio entero,
y Manuel callado mirando pal cielo,
Me dijeron que no pasó de ese invierno,
que contaba que se iba con ella
a bailar una copla en las nubes,
que es allí donde no importa el tiempo.

Y ahora yo cuando llegan las doce
y escucho el "reloj no marques las horas"
te pido que vengas conmigo
que a esta vida le quedan dos coplas
y yo quiero bailarlas contigo.
Que si lloro es de felicidad por tenerte aquí al lado
que si lloro es de felicidad por tenerte en mis brazos
y volver a encender las hogueras de nuestros pecados.