Quejas
En lo hondo de mi pecho
tengo un fogón encendido;
el humo son los suspiros
la brasa es el corazón;
¿quién te vendrá a apagar,
fuego devorador?
La mujer que tanto quiero
es la que me hace más daño,
querer mucho es un engaño
eso lo ignoraba yo,
nunca se aprende a leer
el libro del amor.
Han de continuar llorando
por mucho tiempo esos ojos:
la que me tiene penando
tiene duro el corazón;
con mi largo llorar
ablandándolo voy.
Cantar penas es calmar
los dolores de la vida;
¡la sangre que hay en la herida
sube al labio en la canción
quien canta su penar
tiñe en sangre su voz!
Autor(es): Fernán Silva Valdés, Gerardo Matos Rodríguez