
La Bayamesa [o No te acuerdas]
No te acuerdas, gentil bayamesa,
que tú fuiste mi sol refulgente,
y risueño, en tu lánguida frente,
blando beso imprimí con ardor.
No recuerdas que un tiempo dichoso
me extasié con tu pura belleza
y en tus senos doblé la cabeza
moribundo de dicha y amor.
Ven y asoma a tu reja sonriendo,
ven y escucha amorosa mi canto,
ven, no duermas, acude a mi llanto.
Pon alivio a mi negro dolor.
Recordando las glorias pasadas
disipemos, mi bien, la tristeza
y doblemos los dos la cabeza
moribundos de dicha y amor.
Autor(es): José Fornaris, Francisco Castillo, Carlos Manuel de Céspedes