Atardecer en París
La tarde borronea recuerdos
y en sombras deja rostros y espejos,
en dimensión azul de misterio;
con el eco feroz del silencio.
No tardará París en saberlo
al verme regresar sin pretextos,
en comunión sin luz, como duende,
en la cita final y de siempre.
Qué fue del sueño, yo lo supe tarde
y que mis manos se rindieron antes,
entonces cuando aún había puertas,
sin fe, vencidas, golpeando sin fuerzas.
La verdad muestra su perfil inverso
cuando las horas llegan de regreso
desde aquel pueblo, lejano, perdido,
hasta esta cita que traje conmigo.
Extenso terraplén de la tarde,
fantasmas tercos vagan sus calles.
Un ventanal de hotel y mi hastío,
en la Porte de Montreuil con mi vino.
Un resignar, al fin las palabras,
que nunca dijo a nadie mi alma.
Necesidad París de un reencuentro
con las cosas que sin ser, han muerto.
Autor(es): Miguel Jubany, Marcelo Raigal