
La sentencia
Te quiero a ti como a nadie,
no sabes corresponder.
Variable es tu sentimiento,
te arrepentirás después.
Será cuando ya mi alma
se canse de padecer,
cuando yo te haya olvidado,
me quieras a mí tal vez.
Ingrata, bien sabes
que tal sufrimiento
ya no puede mi alma
resistirlo más.
Te vas de mañana,
por más que te ruego
no quieres decirme
ni adónde te vas.
No seas cosita ingrata,
que Dios se apiade de mí,
que calme este mal tan grande
que no me deja vivir.
Entonces será la mía
eterna felicidad,
y haré que me pagues caro,
cada maldad por maldad.
Es muy antigua costumbre
andar pidiendo perdón
después que hacen de las suyas,
no sé si darte el honor.
Has de cumplir penitencia,
has de sufrir gran dolor.
Tú me enseñaste a ser mala,
ya no quiero más tu amor.
Autor(es): Violeta Parra