Milonga del gallo ‘e fuego
Milonga del gallo ‘e fuego,
“calientita” como el pan,
un latir de mariposas
cuando encuentran su compás.
Es una memoria en cueros
que no hay forma de aquietar,
de desgarros y tibiezas,
de regresos por viajar.
No quiero que a mí me digan lo que quiero y lo que no,
las manos de mis hermanos saben tanto como yo.
Una pluma enciende brisas, un plumero, un ventarrón...
Plumita, escribí en las piedras que la sangre es un tambor
Milonga, nunca te olvides
que no me quiero olvidar:
que en un invierno terrible
nos quitaron de abrazar
a los que nos enseñaban
las canciones y el soñar
y luego a otros que aprendían
lo que les podíamos dar.
No quiero que a mí me digan lo que quiero y lo que no,
las manos de mis hermanos saben tanto como yo.
Una pluma enciende brisas; un plumero, un ventarrón
El mundo era una promesa y nosotros, su canción
Flor roja de la impaciencia,
perfumá mi corazón
y envolveme en esas voces
que la calle me guardó.
Milonga del gallo ‘e fuego,
no hay p’alante ni p’atrás,
aquellos que yo he parido
vienen conmigo a la par.
No quiero que a mí me digan lo que quiero y lo que no,
las manos de mis hermanos saben tanto como yo.
Cuando pienso que hay un cielo de un azul que nunca vi
No quiero pájaro en mano... ¡prefiero volando mil!
Autor(es): Marcela Bublik, Marcelo Saraceni