
A la sombra de un palmar
A la sombra de un palmar
encontré una joven bella.
Su boquita, de coral,
sus ojitos, dos estrellas.
Al pasar le pregunté
si alguien vivia con ella,
y me contesto, llorando:
«Sola vivo en el palmar.
»Soy huerfanita,
no tengo padre ni madre,
ni un amigo
que me quiera acompañar.
«Solita paso la vida
a la sombra de un palmar,
y, solita voy y vengo,
como las olas del mar.»
»Soy huerfanita,
no tengo padre ni madre,
ni un amigo
que me quiera acompañar.
«Solita paso la vida
a la sombra de un palmar,
y, solita voy y vengo,
como las olas del mar,
y, solita voy y vengo,
como las olas del mar.»