Ana Belén

Mar y luna


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Versión de Daniel Viglietti

Amaron amor urgente,
las bocas saladas por la marejada,
las costas dañadas por las tempestades
en esa ciudad tan distante del mar.

Amaron el amor sereno
de nocturnas playas,
alzaban las faldas
y se luna-amaban de felicidad
en aquella ciudad
tan sin brillo lunar.

Amaron el amor prohibido,
hoy eso es sabido,
todo el mundo cuenta
que una andaba lenta,
grávida de luna,
y otra iba desnuda,
ávida de mar.

Y fueron quedando marcadas,
oyendo las risas,
temblando de frío,
mirando hacia el río
tan lleno de luna
y que continúa
fluyendo hacia el mar.

Y fueron corrientes abajo,
rodando en el lecho
y tragando agua,
flotando como algas,
arrastrando hojas,
abrazando flores
hasta naufragar.

Se fueron volviendo peces,
volviendo almejas,
volviendo espuma,
volviendo arena,
plateada arena
con luna llena,
orilla al mar.


Versión de Ana Belén

Amaron el amor urgente
las bocas saladas por la marejada
las costas dañadas por las tempestades
en aquella ciudad tan distante del mar.

Amaron el amor sereno
de nocturnas playas
alzaban las faldas
y se emborrachaban de felicidad
en aquella ciudad
sin brillo lunar.

Amaron el amor prohibido
pues hoy es sabido
todo el mundo cuenta
que una iba preñada
con hambre de Luna
y otra iba desnuda
con hambre de mar.

Y fueron quedando marcadas
oyendo las risas,
temblando de frío
mirando hacia el río
tan lleno de luna
y que continúa
corriendo hacia el mar.

Y fueron corriente abajo
rodando en el lecho
tragándose el agua
flotando con algas
arrastrando hojas
cargando con flores
hasta naufragar.

Se fueron volviendo peces
volviendo conchas,
volviendo piedras
volviendo arena,
plateada arena
con luna llena
cerca del mar.


Versión de Georgina Hassan

Amaron el amor urgente
las bocas saladas
por las marejadas
las costas dañadas
por las tempestades
en esa ciudad tan distante del mar.

Amaron el amor sereno
de nocturnas playas
alzaban las faldas
y se lunamaban de felicidad
en aquella ciudad
tan sombría y lunar.

Amaron el amor prohibido,
hoy esto es sabido
todo el mundo cuenta
que una andaba lenta
grávida de luna
y otra iba desnuda ávida de mar.

Y fueron quedando marcadas
oyendo las risas,
temblando de frío
mirando hacia el río
tan lleno de luna
y que continúa fluyendo hacia el mar.

Y fueron corrientes abajo
rodando en el lecho,
y tragando agua,
flotando con algas
arrasando hojas,
abrazando flores hasta naufragar.

Se fueron volviendo peces,
volviendo almejas
volviendo espuma,
volviendo arena
plateada arena,
con luna llena orilla al mar.


Autor(es): Chico Buarque