El nombre de la víctima
Alia recorre las calles abriendo las puertas de su mente.
Hoy ella no está en casa, Alia ha volado en sueños
hacia lo que le callaban.
Hay un mundo nuevo y desconocido.
No hemos vivido noches en el bosque, no sabemos qué son,
pero las desea, pero las deseo.
Si la rutina se nos lleva el tiempo,
gota a gota, poco a poco...
... y no paran,
las voces no paran.
Ahora de nuevo comienzan:
Acosada, perseguida,
espían las mentes torcidas,
en las casas, en las calles.
Dictan las normas y buenas costumbres
todo aquello que debes hacer,
todo aquello que debes aguantar.
Sabrás que el nombre de la víctima
es un nombre de mujer.
Has nacido en el mundo del padre,
éste es su poder:
que todo esté predestinado.
Predestinado.
En las casas, en las calles,
en las camas, en los cuartos.
Predestinado.
Alia, muñecas rotas en montañas de cenizas,
trapos sucios: trapos rotos.
En nombre de todas las voces,
-Alia de todas las voces-
que ven su vida enjaulada,
¡Deserta!
Las jaulas debemos tirarlas.
¡Tú misma!
Las jaulas debemos tirarlas.
