
Lágrimas de tabaiba
En un lugar de la costa
bailaban al son del viento
la vieja tabaiba amarga
y el cardón ronco del tiempo.
También la reseca aulaga,
junto al cardoncillo tierno
eran felices viviendo
en esta isla del cuento.
¡Ay cómo lloraba!
¡Ay cómo lloraba!
la tabaiba dulce
y también la amarga,
ansina lloraba,
ansina ansí,
ansina lloraba
porque yo la vi.
Pero un día muy temprano
mientras la luna se iba
llegaron terribles monstruos
a echarlos de sus casitas.
Máquinas, cemento, piche,
un ejército de muerte
se dibujó en el barranco,
pobrecita la tabaiba,
pobre el cardoncillo tierno.
Autor(es): Isabel Medina, Luis Morera