
Y los demás se fueron
Se quedaron los montes
solos y polvorientos,
muertos sin haber dicho
su secreto.
Y los viejos que zurcen
su vida con recuerdos
y el vino de pitarra
y el surco compañero.
Y los demás se fueron
por no labrar mas el campo ajeno.
Y los demás se fueron
a buscar una esperanza lejos.
Se quedaron la yunta,
la noria y el barbecho
y el camino que pasa
junto al cementerio.
La partida de cartas,
las beatas del pueblo,
el reloj siempre roto
del campanario viejo.
Autor(es): Pablo Guerrero