La cuesta de San Vicente
Me veo a mí mismo bajando
La Cuesta de San Vicente,
a cuatro palmos del sueño,
una noche de noviembre.
Con los besos aun calientes,
recién salidos del fuego,
como un regalo del cielo,
es así como te siento
Son cosas que nos suceden
un buen día de repente
y que se recuerdan siempre,
cualquier día de repente…
Me veo a mí mismo bajando
por las calles solitarias
camino de La Florida,
mientras tú duermes tranquila.
Mientras todo el mundo duerme
yo voy soñando despierto,
las estrellas me sonríen
como tú me sonreías
Son cosas que nos suceden
un buen día de repente,
y que se recuerdan siempre,
cualquier día de repente…
Autor(es): Juli Bustamante