
Un pedazo de mi sangre
Un pedazo de mi sangre
cae rodando hacia el Hualfín.
Susurran los algarrobos,
la pepita tierna llora su fin.
Cuánta soledad desierta
pugna por meterse en mí,
y en los ojos de las Antas
canta un río de sangre calchaquí.
Sueño con cantar en paz,
pero ya no puedo más;
solo pienso en liberar
Andalgala, Andalgala.
Estas piedras son del viento,
estos muertos son del sol.
Famatina y Nonogasta
galopan tormentos en mi corazón.
Por el río van mis ojos
hacia el tiempo sin saber
que se volverán torcaza
sobre el cielo claro del amanecer.
Autor(es): Víctor Heredia