
Dos de mil
Conozco un tipo
con la ropita cortadita a lo extranjero.
Se llama Johnny porque en cubano
eso de Juan suena muy feo.
El nene de quien hablo es haragán
y dice que el trabajo lo fatiga.
No sabe ni hostias del Cuartel Moncada
pero está al día sobretodo en nada.
Se pasa el tiempo como un diletante
hablando caca por toda la calle.
Es tiesto y fijo en las cosas del baile
pero está atrás en lo que es secundaria.
Para este amiguito descarriado:
¡candela!
Conozco a otro que ese sí es hombre
por arriba y por abajo.
¡Cuidado con ese!
porque ese sí no está pensando en ocho cuartos.
El socio dice que se llama asere,
que tiene espesa labia para la jevas,
al cuello el azabache y la cadena
y en el cerebro una inyección de arena.
Es lego en todo lo que esta ocurriendo
pero se abstiene si se discute en leyes.
Confunde comunismo y coronilla
y dice que el trabajo es para los bueyes.
Para ese amiguito descarriado:
¡candela!
Autor(es): Isidro López Botalín