
A la sombra de mi mamá
Todos tienen una madre, ninguna como la mía
que arde como lucecita haciéndome compañía.
La vieran dentro mi rancho, sencillita como es ella,
y sus ojitos se apagan como el fulgor de una estrella.
Yo le pido a Dios rezando que mi mamá no se muera,
que viva dentro mi rancho como estampita siquiera.
Yo le pido a Dios rezando que mi mamá no se muera,
que viva dentro mi rancho como estampita siquiera.
Si alguna vez madrecita tú te me vas para el cielo,
llevame madre querida, no me dejes, no me dejes, yo te quiero.
Pero su sombra me alcanza como bendición divina,
es el ángel de la guarda de mi vida peregrina.
Sombra del árbol plantado en el patio solariego,
retoño fiel que traduce la voluntad de mis ruegos.
Yo le pido a Dios rezando que mi mamá no se muera,
que viva dentro mi rancho como estampita siquiera.
Yo le pido a Dios rezando que mi mamá no se muera,
que viva dentro mi rancho como estampita siquiera.