
La Luna de Rasquí
Yo miraba la luna de Rasquí
tumbado en la arena blanca.
Y la luna me hablaba solo a mí,
la luna me hablaba solo a mí.
Me decía la luna de Rasquí:
"Estás en arena santa".
"Y la pena no llega hasta aquí".
La luna, yo juraría, me estaba hablando,
como al loco Juan Carabina
en las noches de San Fernando.
La pena, que todo lo ve,
con su microscopio de desasosiego.
La pena, aquí, creo que
tiene un punto ciego.
Luna, luna, luna llena
toma en tu mano la mía.
Llévame a donde te canta,
mirándote, Simón Díaz.
Autor(es): Jorge Drexler