Carta para Isabel


Es domingo a la noche
Y el silencio de las gotas
Resbalando por los platos recién lavados,
Ayuda a que los pulsos del corazón
Se sientan como olas...

Vos ya sabes...
En la península
La marea tiene manos invisibles,
Que te bautizan cada día.

Hace un tiempo,
Siguiendo el camino de la costa,
Mi alma se sumergió en el atlántico
Mientras la luz del faro,
La misma que descubrió tus fantasmas,
Les encandilaba los ojos a los pájaros...

Y el mar, inalcanzable,
Casi una piedra negra
Cuando se oculta la luna...