Maceo


En esta alegre campiña
donde solo y fatigado
el hombre cogió el arado
y ella el hogar desde niña.

Y mientras iban naciendo
no variaba esta cadena:
el hombre para su pena
la mujer para su encierro.

Encierro que no llegaba
a ser más que una prisión
pues, sin comunicación.

Mas las cosas que faltaban
este bohío no cambiaba
sin una Revolución.


Autor(es): Pablo Milanés